LOS LIMONES

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Una pequeña historia…LOS LIMONES

A finales de septiembre, David y yo decidimos pasar un fin de semana en Cadaqués. Tuve una de esas noches en las que no paras de soñar, medio dormida, medio despierta… De pronto me incorporé y empecé a dar golpes a David. «Eh, eh… Lo he soñado: estábamos en el Cabo de Gata, en nuestro cortijo, eh! eh!! Estaba lleno de cactus, flores de mil colores y aromas que embriagaban los sentidos. Tenía un patio andaluz, lleno de luz, con un inmenso árbol…Eh! (estaba más dormido que un tronco.) Se llamaba LOS LIMONES. Tenía un montón de limoneros… Era precioso!!

Fue a partir de ese sueño cuando empezó una de las búsquedas más serias para encontrar nuestro cortijo en el Cabo de Gata. En el intervalo de octubre de 2006 a mayo de 2007 estuvimos tres veces en el Cabo. A mediados de mayo encontramos el cortijo de Klaus, un chico alemán que llegó al cabo en 1992 y construyó lo que es hoy día LOS LIMONES.

Recuerdo la primera vez que vimos el cortijo; nos pareció muy bonito. A pesar de no tener limoneros como en mi sueño, sí tenía cactus y un bonito árbol en un precioso patio interior, un sinfín de plantas, piedras y fósiles. Cuando bajamos por el caminito (por cierto, yo ya tenía una buena barriga, en julio nacería nuestra primera hija, Ila) decidimos que lo compraríamos a pesar de no tener limoneros.

De vez en cuando discutíamos sobre lo apropiado del nombre; en mi sueño aparecía LOS LIMONES… En junio empezamos los tramites de la compra-venta y a finales de mes cogimos una semanita de vacaciones en la que aprovechamos para ir a visitar a Pepe (el agente inmobiliario que nos ayudaba en la compra del cortijo). Pepe y David se pusieron a hablar, yo estaba distraída mirando un plano topográfico del terreno donde se encontraba el cortijo, cuando de repente, sin poderlo creer, ¡apareció ante mí el nombre de la extensión del terreno donde se encuentra ubicado el cortijo, EL LLANO DE LOS LIMONES! Me emocioné de tal manera que empecé a apretujar la mano a David, a señalar con muecas y, finalmente, con el dedo, el nombre que aparecía en el plano.

Salimos de la oficina de Pepe y no había duda: LOS LIMONES era su nombre. La pequeña magia de la vida.

Amor, paz y luz.

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